Abdominoplatia y Suelo Pélvico

En los últimos años la cirugía estética ha crecido exponencialmente y muchas mujeres optan por este tipo de cirugía, la abdominoplastia, para verse y sentirse mejor. Un abdomen flácido puede ser causa de una afectación emocional importante. Es recomendable que si se opta por este tipo de cirugía se acompañe con la atención de un fisioterapeuta especializado en el área uroginecológica para la recuperación postoperatoria.

Normalmente este tipo de cirugía se realiza para solucionar la temida diastasis abdominal y en cuanto a la opinión medica hay diversidad de opiniones o simplemente hay ciertos profesionales que no están informados sobre otras alternativas. Según la experiencia de nuestras pacientes la mayoría de profesionales entre los que se encuentran médicos de cabecera, ginecólogos y traumatólogos recomiendan la cirugía como primera opción. Mientras tanto en otros países como Reino Unido, Francia o Estados Unidos entre ginecólogos, médicos de cabecera y fisioterapeutas la primera opción es intentar la recuperación mediante fisioterapia.

Lógicamente si podemos evitar la cirugía abdominal con fisioterapia y ejercicios para cerrar esa diastasis abdominal es mucho mejor para la salud ya que la abdominoplastia no es una cirugía trivial y deja una cicatriz de cadera a cadera que no solamente conlleva un problema estético si no que puede llegar a restringir el movimiento y aumentar la presión intraabdominal, causando así problemas en el suelo pélvico.

¿Qué es la abdominoplastia?

La abdominoplastia o dermolipectomía es un proceso quirúrgico que consiste en eliminar el exceso de piel con flacidez y grasa de la zona media y baja del abdomen, además los médicos recomiendan realizar una sutura de los rectos del abdomen, si la paciente presenta diastasis abdominal (separacion de los rectos del abdomen como consecuencia de debilidad de la linea alba, muy común tras el embarazo), para que la cirugía sea mas efectiva.

Diastasis de Rectos del Abdomen

Esta piel abdominal que presenta flacidez puede ser por muchos factores como por ejemplo el embarazo, el sobrepeso, el sedentarismo o la falta de ejercicio.

Normalmente los pacientes que optan por este tipo de cirugía ya han realizado otro tipo de tratamientos para eliminar esa piel y grasa de la zona abdominal sin resultados como por ejemplo ejercicios específicos para el abdomen, tratamientos estéticos como la mesoterapia u otros, fisioestética como la radiofrecuencia u ondas de choque, etc.

¿Cómo afecta la abdominoplastia a nuestro suelo pélvico?

Este tipo de cirugía puede afectar en gran medida a nuestro suelo pélvico ya que el estiramiento que se realiza de la piel y la sutura de rectos del abdomen hace que nuestro abdomen este en una hiperpresión continua si no se trabaja en el postoperatorio.

Hay que tener en cuenta que nuestro abdomen es compliante, es decir, se adapta al aumento de presión cuando respiramos, hacemos un esfuerzo, etc. Cuando cogemos aire, nuestro diafragma desciende aumentando la presión intrabdominal y nuestro abdomen se abomba llevando las vísceras hacia la cara anterior del abdomen y por último nuestro suelo pélvico también desciende por este aumento de presión.

Trabajo conjunto diafragma, abdomen y suelo pélvico por Tamara Rial

Por lo tanto tras la abdominoplastia, tras el estiramiento de la piel y esa cicatriz de cadera a cadera, nuestra parrilla costal desciende y nuestro diafragma también por las conexiones miofasciales, esto hace que nuestro abdomen no reaccione de la misma manera ante el aumento de presión (no se abomba) y toda la presión va dirigida hacía nuestro periné.

Por lo tanto como hablamos en el post de deporte, si ejercemos una presión constante y mantenida en el tiempo podemos dañar nuestro suelo pélvico y que éste no sea capaz de gestionar los diferentes aumentos de presión, como un estornudo, y que tengamos Incontinencia Urinaria de Esfuerzo (IUE), debilidad del suelo pélvico, prolapso de vísceras pelvicas, etc.

¿Cómo puede ayudar la fisioterapia en la recuperación de la abdominoplastia?

Durante la etapa postoperatoria la fisioterapia nos puede resultar de mucha ayuda ya que podemos utilizar técnicas para bajar la inflamación, como el drenaje linfático manual, técnicas para atenuar el dolor, recomendar al paciente hábitos saludables para que no haya inflamación abdominal, no haya estreñimiento, realizar tratamiento de la cicatriz y dar pautas al paciente para que realice en casa y así mejorar su aspecto y prevenir queloides y adherencias.

Además es muy importante que el trabajo con el fisioterapeuta también se centre en la postura, el diafragma y el suelo pélvico. Debido al aumento de presión intraabdominal debido a la cirugía tendremos que trabajar a nivel de la piel, fascia y músculo para que se vuelva todo más elástico y evitar esta hiperpresión.

En cuanto al trabajo del diafragma realizaremos respiraciones profundas a nivel costal y abdominal, bajo tolerancia del paciente, además también se recomienda que el paciente lo realice en casa por lo menos tres veces por semana. Con todo esto reforzamos y mejoramos la mecánica ventilatoria, realizamos movilizaciones del músculo del diafragma y activamos a nivel linfático para promover el drenaje linfático.
A partir de los 15 días empezaremos ha realizar ejercicios respiratorios asistidos, con movilización de costillas y comenzaremos ha realizar movilización de la piel del abdomen suavemente para prevenir adherencias.
A partir de los 21 días comenzaremos a tratar la cicatriz para la prevenir la aparición de queloide y adherencias y también trabajaremos para disminuir la sensibilidad de la misma.

Tras todo esto y siempre y cuando el médico nos de el visto bueno comenzaremos a realizar ejercicio postural activando abdomen y suelo pélvico y así prevenir la aparición de otras patologías derivadas del aumento de presión como los prolapsos pélvicos o la incontinencia urinaria de esfuerzo. Hay que tener en cuanta que podemos realizar ejercicios de Kegel desde el primer momento para ir tonificando el periné y así activar también al sistema linfático.

Por todas estas cosas es recomendable acudir a un fisioterapeuta especializado en uroginecología para que nos realice una valoración tanto de cavidad abdominal como de suelo pélvico y así prevenir dichas patologías.

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